Walter tiene 27 años y nació en el Chaco. Tuvo una infancia muy difícil, ya que su padre lo abandonó cuando era muy chico y su mamá lo dejó al cuidado de sus abuelos y tíos durante varios años para venir a estudiar a Buenos Aires.

Durante su adolescencia descubrió su vocación por la enfermería mientras cuidaba a su tío en el hospital, donde observó la pasión y dedicación de los enfermeros por su trabajo. Por otro lado, sufría la ausencia de su madre y empezó a tener problemas de conducta en el colegio y con algunas sustancias.

Cuando cumplió 15 años y viendo la gravedad de la situación, su mamá decidió llevarlo a Buenos Aires para que cambie su calidad vida. Lejos de eso, le costó adaptarse a la gran ciudad, se agravaron su adicciones y se le sumaron episodios de violencia y delincuencia.

Unos años después, al ver que su madre empezaba a tener problemas de salud (le diagnosticaron artritis y un soplo en el corazón), decidió recuperarse y hacer un cambio radical en su vida: dejó las drogas, las amistades tóxicas y empezó a hacer changas para ayudar a su familia.

Lentamente, la cosas cambiaron para mejor. Un día, uno de sus mejores amigos, al ver que Walter quería seguir progresando, le recomendó postularse a las becas de enfermería que ofrecía #Potenciate para que pudiera cumplir el sueño de su vida. Sin dudarlo se postuló, conocimos su historia durante una entrevista y a los pocos días le comunicábamos que era uno de los ganadores.

Gracias a nuestro programa, además de capacitarse profesionalmente y potenciar su vocación de servicio, consiguió empleo como camillero en la Clínica Santa Catalina para darle un futuro mejor a su familia.